Xabier Uriagereka
La gestión de la seguridad de productos siempre ha sido un aspecto crítico en las empresas que trabajan con sustancias, mezclas o artículos regulados. Durante años, las organizaciones se han apoyado en modelos tradicionales que permitían controlar la documentación esencial, generar fichas de seguridad o evaluar riesgos específicos. Ese enfoque —basado en Product Safety— cumplió su función en un contexto regulatorio más estable y predecible. Pero ese mundo ya no existe.
Hoy, las empresas operan en mercados globales, con normativas cambiantes y requisitos cada vez más estrictos. La velocidad a la que evoluciona la legislación supera la capacidad de cualquier proceso manual. El resultado es un desafío que ya no se resuelve con herramientas parciales ni con validaciones tardías. Se necesita un cambio de paradigma: pasar del Product Safety clásico a un Product Compliance inteligente, integrado y proactivo.
Un escenario normativo que exige otra velocidad
Las regulaciones que afectan a productos químicos, mezclas y artículos se han multiplicado y diversificado. Cada región, país o incluso estado puede imponer condiciones propias para comercializar, almacenar o transportar un producto. La categorización de sustancias, las restricciones de mercado, el registro obligatorio, el etiquetado, el control de transporte y la gestión de residuos son solo algunas de las dimensiones que deben tenerse en cuenta.
Este panorama no solo es complejo; es dinámico. Las listas de sustancias restringidas cambian, surgen nuevas prohibiciones, se modifican criterios de clasificación y se actualizan requisitos de documentación. Operar basándose en hojas Excel, procesos manuales o verificaciones puntuales es, hoy en día, una invitación al error.
Un solo descuido puede traducirse en sanciones, devoluciones, inmovilizaciones en aduanas, paralización de la producción o incluso prohibición temporal de venta. Y cuando esos problemas aparecen, ya es tarde para corregirlos sin impacto.
Es aquí donde el enfoque tradicional se queda corto.
Los límites del Product Safety tradicional
El modelo clásico de Product Safety nació para dar respuesta a necesidades específicas: documentar sustancias y mezclas, controlar su clasificación, generar fichas de seguridad y atender a las obligaciones del transporte. Estas capacidades siguen siendo necesarias, pero ya no son suficientes.
Su mayor debilidad es estructural: actúa como una capa externa al proceso. Evalúa el cumplimiento cuando ya existen decisiones tomadas —un producto diseñado, una oferta enviada, un lote preparado— y no antes. El resultado es una cadena de decisiones que nace con incertidumbre y que solo se valida al final. Cuando aparece un incumplimiento, el impacto recae sobre ventas, ingeniería, producción, logística y, en última instancia, sobre el cliente.
Las empresas no pueden permitirse operar así en un entorno globalizado.
Product Compliance inteligente. Un modelo integrado y anticipativo
La evolución natural del Product Safety es el Product Compliance inteligente. Este nuevo enfoque introduce dos cambios fundamentales: integración y anticipación.
La integración significa que el cumplimiento normativo deja de ser un proceso aislado y pasa a formar parte de cada fase del negocio. Desde el momento en que ventas recibe un requerimiento, el sistema debe ser capaz de identificar si el producto es viable, qué sustancias contiene, qué normativas aplican en cada destino y si la planta donde se fabricará cumple los estándares necesarios. Ingeniería diseña evaluando cumplimiento en tiempo real. Producción consume materias primas bajo control. Logística genera embalaje y etiquetado automáticamente. Almacén gestiona compatibilidades y límites de almacenamiento sin riesgo.
La anticipación implica que el cumplimiento no se comprueba al final, sino antes de tomar cualquier decisión operativa. Ya no importa solo si el producto cumple, sino si podrá cumplir en cada mercado, bajo qué condiciones y con qué documentación.
Este cambio transforma el modelo por completo: el cumplimiento normativo deja de ser un freno y se convierte en un acelerador del negocio.
El pilar invisible. El contenido regulatorio
Hablar de Product Compliance inteligente es hablar de contenido regulatorio, aunque, paradójicamente, es la parte menos visible del sistema. Su papel es crítico porque permite automatizar procesos que, de otra forma, serían inabarcables.
Los proveedores de contenido regulatorio recopilan, actualizan y estructuran información global: listas de sustancias, requisitos por país, obligaciones de transporte, normativa de etiquetado, límites de composición, formatos de documentación y criterios de clasificación. Ese contenido se integra directamente en el sistema y actúa como una “inteligencia” que permite al ERP evaluar productos, identificar riesgos y generar avisos automáticos.
Una solución de Product Compliance sin un contenido regulatorio fiable es simplemente un cascarón. Con él, en cambio, se convierte en una herramienta capaz de anticiparse y evitar errores antes de que ocurran.
Elegir el modelo adecuado y asegurar un proceso transversal
Las empresas deben decidir cómo gestionar el Product Compliance según el nivel de confidencialidad de su información. Cuando la formulación no es sensible y la composición no forma parte del valor estratégico, externalizar la generación de documentación o la evaluación normativa es eficiente y práctico. Pero cuando la receta es el núcleo del negocio, exponerla a terceros es inasumible. En esos casos, el cumplimiento debe gestionarse dentro del ERP, con contenido regulatorio que permita automatizar sin revelar información crítica. Esta elección determina si la organización protege su ventaja competitiva o la pone en riesgo.
El cumplimiento normativo es, además, un proceso transversal que involucra a todas las áreas. Ventas necesita validar la viabilidad del producto antes de comprometerlo; ingeniería debe diseñar bajo criterios regulatorios; producción y MRP planifican en función de sustancias autorizadas; almacén controla cantidades y compatibilidades; y logística garantiza que documentación, embalaje y etiquetado cumplen la normativa del destino. Sin integración real, los errores se multiplican a lo largo del proceso.
Por eso, cada vez más empresas están incorporando el Product Compliance directamente en su ERP. Este enfoque permite analizar composiciones, validar sustancias, generar documentación automáticamente, gestionar residuos y cumplir normativas de transporte desde un único sistema. El objetivo es anticipar riesgos antes de que aparezcan y asegurar que cada decisión comercial y operativa se basa en información actualizada.
El salto hacia un Product Compliance inteligente no es una mejora incremental, sino una evolución estructural. Define la capacidad de una empresa para operar con seguridad, evitar sanciones, ganar velocidad y competir en mercados regulados. Convertir el cumplimiento en una ventaja competitiva marca la diferencia entre liderar o quedarse atrás.


